Costa Rica 2009: Reserva Biológica Isla del Caño

Dive Centre: Jinetes de Osa

Precio: 85€ aprox + rental equipment (20$)

Lugares de inmersión: Barco hundido, El arco

Tipo de buceo: Oceánico, mar de fondo, corriente media

Profundidad: 18-28m

Visibilidad: Buena – Regular

Comentarios: En este viaje a Costa Rica quisimos cambiar un poco lo que habíamos hecho hasta ahora y nos decantamos por bucear en la costa pacífica donde buscábamos  ver grandes pelágicos: tiburones, mantas, ballenas… lo que se presentase. Para ello nos dirigimos a la Isla del Caño, situada al oeste de Bahía Drake, quizás la población más conocida de la Península de Osa junto con Puerto Jiménez. Es en la Península de Osa donde la selva encuentra el Océano Pacífico con el Parque Nacional de Corcovado como primer representante. El Bajo del Diablo es el punto de buceo más famoso de esta isla.

El buceo que nos esperaba quizá nos iba a exigir un poco más con respecto a nuestra experiencia pero estábamos dispuestos a hacer un esfuerzo. Sabíamos que aquí no tendríamos tan buena visibilidad, habría corrientes, los corales no serían espectaculares pero podría haber otras muchas recompensas. Los fondos alrededor de esta isla están formados por grandes cañones y valles y pináculos rocosos llenos de coral.

El Dive Center que elegimos estaba en un hotel de Bahía Drake llamado Jinetes de Osa, justo a pie de playa. Nos llevaron hasta la Isla del Caño con una embarcación rápida en un día de perros. Había fuerte oleaje y llovía contundentemente y el Dive Master no es que fuera la alegría de la huerta. Para colmo, podría haber sido el primer país fuera de España donde podríamos haber hecho las inmersiones en nuestro idioma pero… como la mayoría eran extranjeros fueron todos los briefings en inglés.

El agua estaba muy muy oscura, llena de serpientes de mar y nos comentaron que había bastante corriente, la verdad es que daba respeto así que bajamos hasta el fondo todo lo rápido posible. En cualquier caso la primera inmersión llamada El arco nos deparó varias sorpresas. Una vez allí más o menos reinó la calma y  disfrutamos de las bonitas formaciones rocosas en forma de arco por donde podías ir pasando. Fue aquí donde vimos nuestro primer tiburón punta blanca quitecito y reposando. A este le siguieron muchos, muchos más y nos recompensó ya para todo el día, ya estábamos satisfechos.

Al salir del agua, un Sol radiante había dejado atrás al mal tiempo y pudimos disfrutar de la comida en la misma isla y comentar la jugada. Estábamos muy contentos y nos quedaba la segunda. En Barco Hundido fue ya el no va más en cuanto a tiburones se refiere. Salían de cualquier parte y encima la corriente era bastante fuerte. Aun así, alucinamos con todo lo que veíamos. El guía la verdad es que pasaba olímpicamente de enseñar cosas, en este aspecto no fue muy instructivo la verdad. En cualquier caso no hacía falta tener mucha vista para observar todos los punta blanca que rondaban a nuestro alrededor o los inmensos bancos de peces que se juntaban.

Finalmente volvimos a Bahía Drake muy contentos de haber dado un paso más en nuestra experiencia, quizás en un lugar más complicado pero un tipo de buceo que teníamos ganas de pillarle el gusto.