Al otro lado de Irún y del río Bidasoa pasamos la frontera y nos encontramos con un País Vasco diferente al que quizás estamos acostumbrados, el denominado comúnmente País Vasco francés o Iparralde en euskera. A pesar del nombre y de compartir parte de la historia, esta zona pertenece actualmente al departamento de Pyrénées Atlantiques en la región de la Aquitania francesa. Teniendo en cuenta la similitud de paisaje con Euskadi con km de costa, montañas verdes y caseríos, no dejan de haber ciertas diferencias determinadas por el carácter de los habitantes a un lado y otro y el contexto histórico de la zona.
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De paseo por la costa a ritmo de surf
Biarritz
Esta ciudad costera vive de cara al Mar Cantábrico y como muchas otras localidades de la zona, es uno de los puntos más importantes de toda Francia para la práctica del surf. Se extiende entre cabos y playas desde el faro, pasando por la Grand Plage, hasta la Côte des Basques y el puerto de los pescadores.
Pasó de ser una ciudad con un puerto ballenero a una estación balnearia y punto de encuentro de la aristocracia española en el siglo XIX. Fue aquí donde la emperatriz Eugenia de Montijo esposa de Napoléon III mandó construir un palacio a orillas del mar, hoy en día el lujoso Hotel du Palais.
También se puede llegar hasta la Roche de la Vierge, con una gran pasarela que se adentra en el mar hasta un cabo con una estatua de la Virgen y desde donde se divisa toda la ensenada de Biarritz. En el centro cuenta con Les Halles, el mercado gastronómico con productos de la región.
Saint Jean de Luz
Siguiendo la costa y pasando las pintorescas comunas de Bidart y Ghéthary llegamos hasta Saint Jean de Luz. Cuenta con un paseo marítimo parecido al de Biarritz, donde la actividad principal nuevamente es el deporte de las tablas de madera y no es extraño ver a muchos jóvenes esperando el momento de subir a la cresta de la ola.
En Saint Jean merece la pena pasear por sus centro histórico, en concreto la Rue León Gambetta llena de tiendas con productos típicos y donde vimos por vez primera las típicas casas de blanco y rojo características de esta zona. Siguiendo esta calle hasta la Plaza Louis XIV nos topamos de frente con la Maison Louis XIV donde vivió el rey francés del mismo nombre, toda una zona bastante alegre y con ambiente, llena de restaurantes junto con la Rue de la Republique.
Al igual que en Biarritz, aquí también disponen de Les Halles, el mercado gastronómico donde encontraremos desde Jamón de Bayona hasta quesos de la región pasando por la charcutería más típica. Si se opta por los dulces o la pastelería, mejor echar un vistazo a la Maison Adam presente aquí y en casi todas las localidades de por allí. Conviene mucho probar el Gateau Basque, buenísimo!
Hendaya
Esta localidad fronteriza queda separada de Irún mediante el Río Bidasoa y la bahía de Txingudi. A pesar que tan sólo estuvimos de paso, sí que nos mereció la pena parar en su extremo norte para pasear en los alrededores del Château d’Abbadie. Este castillo del siglo XIX está rodeado de un dominio natural, lleno de caminos que circulan al borde de los acantilados y por donde hay algunos caseríos y mucha tranquilidad. El camino de Haicabia discurre paralelo a la costa llegando hasta Saint Jean de Luz.
Bayona
A pesar que finalmente no fuimos, teníamos preparada su visita para el primer día. Merece la pena echar un vistazo a la ciudad más grande e importante de la región. Su casco antiguo cae justo en la confluencia de los ríos Nive y Adur y desde ambas orillas se puede ver la silueta de la catedral de Sta Maria y hacernos una idea de la arquitectura típica que más tarde veremos en el resto de localidades. Algunos puntos de interés son las fortificaciones como el Château VIeux, la muralla de Vauban, el mercado de Les Halles o el museo del jamón de Bayona.
Un recorrido por el corazón verde del País Vasco francés
Ainhoa
Ainhoa es considerado como muchos otros, uno de los pueblos más bonitos de Francia e incluído en esta lista tan ambigua como subjetiva del mismo nombre «Les plus beaux villages de France». Esta pequeña localidad se sitúa en el interior de la región entre paisaje montañosos y casas típicas de la zona. Al igual que otros, todo gira en torno a la iglesia y el frontón de pelota vasca situados en el centro del pueblo. La calle principal cuenta con bonitas casas de arquitectura vasca, la mayoría con el entramado de madera de color rojo y alguna de color verde y hasta el mismo ayuntamiento luce esta misma fachada. En su cementerio podemos distinguir algunas tumbas con motivos vascos como el lauburu, la cruz con puntas curvilíneas y presente también en otros pueblos como el celta.
Espelette
A tan sólo 8 km de Ainhoa y a unos 20 km de la costa, este pueblo de interior junto con algunos más de su alrededor, dan el nombre a la denominación de origen del Piment d’Espelette que prácticamente se utiliza aquí casi para todo. Recorrer el pueblo y sus tiendas no dará una idea de con que ingredientes mezclan aquí el pimiento rojo, pasando desde el queso fresco hasta el chocolate.
Las casas pintadas son el denominador común en las calles del pueblo, con la diferencia que de sus paredes y balcones cuelgan al poco Sol de la región ristras y ristras de pimientos preparados para su posterior venta. El pimiento rojo es el icono de Espelette y principal protagonista.
La Bastide Clairence
Esta bastida navarra se sitúa a medio camino entre el País Vasco francés y la Gascuña. Tiene en la Place des Arceaux, su principal atractivo. Bajando desde la iglesia que se encuentra en el punto más alto del pueblo, la calle principal se abre para dar lugar a esta plaza llena de pórticos que datan del siglo XVII y a las típicas casas con entramado de madera verde y rojo y puertas en arco de bóveda.
Sare
Para completar la ruta de los pueblos del interior, nos faltaría el pequeño pueblo de Sare o Sara, con sus grutas prehistóricas a poca distancia. Por falta de tiempo declinamos ir, pero también coge de camino en caso que quiera visitarse, ya que se encuentra a pocos km de Ainhoa.
Alojamiento
Para nuestra estancia en esta zona de Francia contamos con dos alojamientos de diez, gracias a la plataforma Weekendesk con la que puedes reservar tus escapadas de fin de semana dentro de España y varios países de Europa.
La primera noche dormimos en un lugar de lujo, el Château de Brindos, un hotel precioso situado en Anglet, apenas a 5 minutos de Biarritz. Este antiguo castillo es un auténtico remanso de paz, ya que cuenta con un lago y bosque privado que rodean el complejo. Se puede pasear por el camino circular alrededor del agua y no será extraño encontrarnos con algunos pequeños castores.
El interior está bien restaurado y las habitaciones tienen todas las comodidades. A destacar la sala con chimenea que data del siglo XVI donde te dan ganas de pasar la tarde leyendo y el restaurante con 1 estrella Michelin, que en todo caso no probamos. Desde luego, es de aquellos sitios para desconectar y tirarte una semana si fuera posible!
La noche antes de partir al interior de la región, también pernoctamos en el Hotel Laminak de Arbonne, un pequeño pueblo cercano a Bidart. Este pequeño establecimiento es otro buen lugar para el reposo, con pocas pero muy correctas habitaciones, un gran jardín con piscina, sauna exterior y rodeado de prados verdes.
Qué bueno! El País Vasco francés, y sobre todo San Juan de Luz es espectacular. También es increíble la parte de San Jean Pied de Port, más al este, hacia Roncesvalles. El verde de esa zona (y la comida) es lo mejor!!
Hola Pablo y Leti!
Sí en efecto nos ha gustado mucho esta parte de Francia. Saint Jean Pied de Port nos quedó en el tintero. De todas maneras en cuanto a la comida nos quedamos siempre con «lo nuestro», a este lado de la frontera tratamos mejor el producto jeje y sobretodo más barato que en Francia!
Un saludo!
Robert y Ely