Siena
Tras la visita a Monteriggioni nos dirigimos directamente a Siena, quizá la gran sorpresa del viaje. Ya esperábamos que todo en general nos gustase pero la que mayor factor sorpresa tuvo sorprendiéndonos muy gratamente, fue esta pequeña ciudad a 50km al sur de Florencia.
Construída sobre colinas casi como todos los municipios toscanos, cuenta la leyenda que fue fundada por los hijos de Rómulo (fundador de Roma) y Remo, Asquio y Senio. Sin embargo, es su característico centro histórico medieval el que le da la fama y que en 1995 fue nombrado lugar Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Entrando por el noroeste de la ciudad donde se encuentra el estadio de fútbol Artemio Franchi hay bastante aparcamiento gratuito (por lo menos en Diciembre) y se puede dejar el vehículo para llegar caminando a la colina donde se encuentra el centro histórico. Con lo primero que nos encontramos es con la Basilica de San Domenico o Santo Domingo del siglo XIII y fundada por los dominicos. Desde aquí se obtiene una bonita perspectiva del Duomo y todo el conjunto histórico, al cual nos adentramos por las callejuelas que parten de esta misma plaza.
La Catedral o Duomo del siglo XII despunta del relieve de la ciudad alzándose por un cúmulo de casas con las fachadas desgastadas por el paso del tiempo y los ventanales de color verde. El Duomo, un claro ejemplo de gótico italiano con colores rosas, verde, negro y blanco poco tiene que envidiarle a su otro yo de Florencia. En la torre del campanario los ventanales van aumentando de abajo arriba desde uno hasta seis. En cualquier caso, es la fachada principal la que se lleva todo el mérito, es realmente digna de admirar. Un poco más al lado se encuentra la fachada sin terminar de lo que podría haber sido la catedral, pero a día de hoy se utiliza como mirador y museo. Más abajo bajando por unas escaleras se encuentra el Baptisterio. Actualmente y desde no hace mucho, en el Duomo se puede disfrutar de una entrada llamada “Porta del cielo” desde donde se puede visitar la catedral por dentro pero desde el techo con unas vistas magníficas.
Aquí en el Duomo y en muchos otros puntos hay muchas esculturas de la loba amamantando a Rómulo y Remo ya que es uno de los símbolos de la ciudad al igual que en Roma. La ciudad se divide por barrios o “contrade”, barrios que a su vez luego compiten una vez al año en la mayor fiesta de la ciudad conocida como “Il Palio”. Cada “contrade” tiene su bandera y sus colores, los cuales lucen durante todo el año en ventanas y balcones de sus calles. La Contrada della Selva es todo el grupo de calles cercanas al Duomo que bien merecen su propio paseo, llenas de tiendas antiguas, osterias y un estilo añejo diríamos aunque muy auténtico. Es aquí donde se encuentra Osteria Da Divo (Via Franciosa, 25) recomendada en muchísimos sitios. En cualquier caso, basta con echar un ojo para darse cuenta que se puede comer bien en muchos de los rincones de esta ciudad, la cocina toscana está por todas partes. Casi obligación sería probar cualquier plato de pasta al ragú de “cinghiale”.
Más adelante, subimos por la animada, pintoresca y principal Via Città para llegar al centro de todo y uno de los lugares más importantes para los sieneses, sino el que más: Il Campo. Il Campo es la plaza principal con forma de abanico e inclinada, donde se celebra “Il Palio”. Es aquí donde se encuentra el Palazzo Publico o Ayuntamiento con su torreón, la torre della Mangia que lidera la vista sobre toda la ciudad de Siena. Los adoquines de color rojizo que forman el terreno son el escenario para la celebración de “Il Palio”, una carrera de caballos que se celebra desde la edad media y en la que como bien hemos dicho antes, compiten los diferentes “contrade” con sus colores y estandartes. En esas fechas la plaza y sus alrededores están a rebosar, pero al llegar nosotros en pleno invierno podemos disfrutar tranquilos con los pocos turistas que por allí rondan. La fuente central junto con las fachadas antiguas de los edificios colindantes, conforman una de las plazas más bonitas de Italia.
Justo detrás del Palazzo Publico continuamos a la Piazza Mercato desde donde se ven unas vistas de las casas del centro histórico. Continuamos por Via Giovanni Dupré y sus calles cercanas por donde no pasa ni un alma y nos da la sensación de pasear por un pueblo. Adoquines y casas antiguas se suceden continuamente. Aquí aprovechamos para hacer una parada en una de las tantas pastelerías y comprar unos “cannoli siciliani”. Aunque no sean de la región están por toda Italia, incluso en Barcelona era difícil pero los llegábamos a encontrar en según qué sitios, son unos dulces para no perderse. De hecho, vimos que Siena es un buen lugar para comprar productos típicos de la región, sobretodo vino, algo más barato que Florencia y con mucha variedad.
Volvemos a cruzar por Piazza Mercato para recorrer la más animada Via Pantanetto en donde fluye la zona más comercial de la ciudad junto con Via Banchi di Sopra. Aquí en esta última también se encuentran los palacios renacentistas de Tolomei y Salembini.
Bien entrada la noche nos dirigimos a lo que en principio seria nuestro alojamiento para ese día Casa Cecchi situada al sur de Siena. Habíamos elegido este B&B por las buenas críticas en TripAdvisor. Había una oferta por Booking bastante bien de precio y la casa estaba en una zona tranquila residencial con parking para dejar el vehículo. Al llegar tras estar llamando a la puerta durante 20 minutos, no aparecía ni nos abría nadie. Decidimos llamar al dueño a lo que nos respondió sorprendido que si Booking no nos había avisado de la imposibilidad de dormir allí esa noche. No entendíamos nada, pero al parecer el dueño nos comentó que la caldera de no sé donde se había roto y nos había reservado plaza en un hotel cercano. En poco tiempo se personó en el lugar y nos acompañó amablemente hasta el Hotel Porta Romana. Parece ser que en más de una ocasión el dueño de Casa Cecchi ha tenido algún problema y en el último momento ha reservado en este otro lugar. Él se ofreció a pagarnos la diferencia ya que era más caro y la verdad es que el sitio fue más que correcto. El Porta Romana era un hotel sencillo pero bien situado cercano a la muralla sur de la ciudad y a pocos minutos andando del centro histórico. La habitación estaba bien, limpia y también nos entraba el desayuno y el parking para dejar el coche. Aunque no teníamos la idea de alojarnos en hoteles al final tampoco nos importó y el dueño de Casa Cecchi no se portó mal, fue un malentendido con Booking.
Valle del Chianti
Al día siguiente tras pasear de nuevo un rato por Siena, volvimos a coger el coche para salir dirección al Valle del Chianti. A través de la carretera SR222 nuestra intención era ir haciendo camino dirección a Florencia pasando por el valle de donde se fabrica el famoso vino Chianti. Por esta carretera panorámica se puede disfrutar de agradables vistas de campos de olivos y viñedos entre las colinas. Las haciendas agrícolas se veían esparcidas entre caminitos de cipreses y el agradable sol hacía de todo esto una estampa muy mediterránea.
Nuestra primera parada desviándonos un poco fue Radda in Chianti. En este pequeño pueblo aprovechamos para comprar productos típicos y pasear tranquilamente por sus calles solitarias. Como siempre otro pueblo más construido en una colina y desde donde se veían nuevamente bonitas vistas de la campiña toscana. En el centro hay varias calles empedradas con arcos que dan a la plaza principal con un torreón medieval.
El siguiente pueblo fue Castellina in Chianti. Como su nombre indica, es en la plaza principal donde se erige un tosco castillo del siglo XIV y muy cerca la iglesia principal del pueblo. En el centro hay varias calles peatonales llenas de tiendas y restaurantes. Lo más curioso del municipio es la Via delle Volte. Se trata de una antigua muralla defensiva que posteriormente fue tapada dándole una forma de túnel con arcos. A través de este pequeño paseo se encuentran varios restaurantes y bodegas con muy buena pinta.
Seguimos el recorrido para pasar de largo Panzano in Chianti y llegar a Greve in Chianti. Si bien los alrededores del pueblo no son nada del otro mundo, es su famosa plaza triangular la que es digna de visitar. Hay un mercado de flores que ocupa dicho lugar desde hace siglos. También es aquí donde el segundo fin de semana de Septiembre se celebra el festival del Chianti clásico, ya que todo el municipio está volcado a la producción de este vino.
Siguiendo la calle justo al fondo de la plaza se encuentra Il panino di Emilio (Via Garibaldi, 7). Este lugar casero realiza paninis para chuparse los dedos y es una muy buena opción para comer a parte de los restaurantes. La mujer tiene productos de todo tipo y si uno se deja llevar por su opinión no cabe duda que saldrá satisfecho.
A no más de 2 km al oeste de Greve in Chianti, subiendo por la montaña encontramos la pequeña aldea de Montefioralle, una preciosidad. Este pequeño municipio se asienta alrededor de una calle principal circular y se dice que fue el lugar de nacimiento de Amerigo Vespucci. Todas las calles y casas son de piedra rodeadas de plantas y hiedra por las paredes, una maravilla. Desde la muralla exterior hay alguna salida desde la cual se puede admirar el paisaje toscano. Esta fue nuestra última visita por el Valle del Chianti el cual recomendamos encarecidamente. En época primaveral o en verano, la verdad que tiene que ser aún más precioso si cabe.
Proseguimos el camino dirección Impruneta a ya tan sólo 9 km de Florencia. Es en los alrededores de este pueblo donde habíamos reservado nuestro tercer y último alojamiento. Si nos dábamos prisa podríamos llegar a ver el atardecer de Florencia desde el Piazzale Michelangelo. El sitio que elegimos se llamaba Podere le Cave una magnífica hacienda con vistas a Florencia desde lejos y rodeada de campos de olivares, caballos y una piscina que en verano tiene que ser magnífica. La habitación que nos dieron tenía también un pequeño comedor y una cocina.
Aún teníamos tiempo tras dejar las cosas en la habitación para acercarnos a la ciudad del arte por excelencia. En 10 minutos nos plantamos en Piazzale Michelangelo, el famoso mirador de la ciudad desde donde contemplar el skyline florentino. Con vistas del Duomo, el Campanile, la Catedral de la Santa Croce, el Palazzo Vecchio y el Ponte Vecchio sobre el río Arno no hay mejor “postal” que los ojos puedan ver en toda la ciudad. Sea la época que sea, el atardecer desde aquí es visita obligada por varios motivos: su belleza, es gratis y además hay un gran parking donde dejar el coche fácilmente. Es más, en este parking se puede dejar tranquilamente el vehículo y acercarse andando en 20 minutos al centro de la ciudad.
Florencia
Qué decir de la capital toscana que no se haya dicho ya. Patrimonio de la Humanidad desde 1982 y cuna del Renacimiento a partir del siglo XIV. A nivel artístico y arquitectónico está en el primer orden mundial y conoció su máximo esplendor bajo la familia Medici en la Edad Media. Por supuesto y no hace falta que lo digamos, una de las ciudades más bellas que se puedan admirar sin discusión.
Como dijimos al principio, habíamos tenido la suerte de visitar la ciudad en alguna ocasión pero hacía muchos años. Las visitas museísticas y culturales ya las habíamos hecho, pero no queríamos dejar pasar una escapada a la Toscana sin revivir viejos recuerdos y pasar por lo menos un día en Florencia. Por supuesto, si se viene por primera vez la ciudad da para mucho más, con un día no es suficiente. En nuestro caso, dejamos este último día antes de volver a Francia para pasear tranquilamente por la ciudad sin prisas y ver lo que nos diera tiempo.
Nos levantamos por la mañana bien temprano para pasar de nuevo por Piazzale Michelangelo y disfrutar de las vistas por la mañana. Nos venía de camino y, como hemos escrito más arriba, nos serviría de parking gratuito para todo el día. Tras bajar durante 20 min desde la pequeña colina andando, nos plantamos por el costado sur del río Arno y llegamos al Ponte Vecchio. Antes de cruzarlo decidimos girar hacia el otro costado e ir a echarle un vistazo al Palazzo Pitti.
El Palazzo Pitti y los jardínes Boboli son hoy en día un museo con todas las colecciones de arte relacionadas con la familia Medici que compró el palacio a un banquero llamado Luca Pitti en 1549. El arquitecto Giorgio Vasari fue aquí donde construyó el túnel a modo de salvoconducto entre este palacio y el Palazzo Vecchio y que pasa por encima del Ponte Vecchio y la galería de los Uffizzi. A día de hoy el Corredor Vasariano como se le denomina, todavía existe y está detalladamente explicado en el libro “Inferno” de Dan Brown junto con muchísimas más curiosidades de la ciudad.
Nos dirigimos de nuevo hacia el centro de la ciudad esta vez sí, cruzando el Ponte Vecchio. Este puente es el más antiguo de Europa construido en piedra y data de 1345 cuando fue reconstruido, ya que su predecesor de madera fue destruido por una inundación. De origen medieval siempre ha tenido una actividad comercial importante, sobre todo en lo que se refiere a joyerías y al pasar vimos que no había cambiado ni una pizca desde la última vez que visitamos la ciudad. Eso sí, lo de poner un candado en la reja de la estatua que está en el centro parece que se está acabando. Había un cartel que avisaba de una multa de 250 euros y se podía ver a simple vista que ya tan sólo unos pocos atrevidos habían colgado un candado para tener amor eterno.
Proseguimos en dirección a la Basilica di Santa Croce bordeando el Arno por el otro lado y dejando atrás la Piazza della Signoria y la Galleria degli Uffizi. El hambre apretaba y decidimos almorzar en un lugar que tenía apuntado para ir sí o sí, la verdad que no decepcionó. El sitio en cuestión se llama All’antico vinaio (Via dei Neri, 74) muy próximo a la Piazza della Signoria. Se trata de una antigua y auténtica tasca donde se pueden degustar vinos y la más increíble focaccia que hayamos probado jamás, crujiente y sabrosa. Tienen productos de charcutería de todo tipo y una vez más nos dejamos llevar por el consejo de los dueños. Nos pusieron una de queso de cabra, berenjena y charcutería que estaba buenísima, típica de Florencia. Al sitio acude gente del lugar y si no se va pronto al parecer se forman grandes colas. Hay una regla escrita en este sitio a cumplir a rajatabla: No pedir pesto jamás! Al parecer, más de un turista lo habrá pedido inocentemente y por los carteles que hay en todo el establecimiento no les gusta que ocurra. “Il pesto a Genoa” pone bien claro por escrito en más de un rincón.
El siguiente punto fue la Basilica di Santa Croce situada al este del centro histórico. Se trata de la iglesia franciscana más grande del mundo y data del siglo XIII cuando se empezó a construir sobre las ruinas de la pequeña iglesia anterior a esta. El edificio hoy en día hace a la vez de mausoleo ya que en su interior están las sepulturas de Miguel Ángel, Galileo Galilei, Maquiavelo o Vasari entre otros. En la plaza del mismo nombre ese día justo al lado de la estatua de Dante, se congregaba una feria de diferentes nacionalidades europeas. Cada una hacia acto de presencia con su puesto de comida y costumbres y le daba un gran colorido al lugar.
Volvimos en dirección al centro hasta llegar a la Piazza della Signoria. Es aquí donde se encuentran dos de las atracciones principales: el Palazzo Vecchio y la Galleria degli Uffizi. El Palazzo Vecchio a parte de de albergar las oficinas del Ayuntamiento posee un museo con obras de Miguel Ángel y Vasari siendo el denominado “Salón de los Quinientos” su sala más importante. El edificio se comenzó a construir en 1299 y posteriormente fue la Torre de Arnolfo de casi 100m y que se divisa desde muchos puntos. A la entrada se encuentra una réplica del David de Miguel Ángel ya que el verdadero está en la Galleria dell’Accademia en Via Ricasoli. El museo de la Academia de escultura y pintura no lo visitamos ya que lo habíamos visto en una anterior visita. La Galeria degli Uffizi se encuentra justo al lado ya que se comenzó a construir en 1560 como una extensión del Palazzo Vecchio. Fue nuevamente Vasari por orden de los Medici quien se encargó de ello y en la actualidad alberga una de las colecciones de arte más importantes del mundo.
De camino al Duomo pasamos por Via Santa Margherita para ver la Casa Museo de Dante Alighieri, escritor de la Divina Comedia. Casi al lado se encuentra también la iglesia de Santa Margherita dei Cerchi también conocida como Chiesa di Dante. Ambas localizaciones salen también en el libro de Dan Brown “Inferno”. Por aquí se puede disfrutar de un agradable paseo por las calles del centro y anexas al Duomo.
Llegamos a la Piazza del Duomo para admirar la mayor joya arquitectónica de Florencia, la Cattedrale o Duomo di Santa Maria del Fiore. No seremos nosotros quien demos una lección de arte e historia pero de sobras es conocida su cúpula de Brunelleschi de más de 100 m a la cual se puede subir y el Campanile anexo de casi 90 m. Una auténtica obra maestra del Renacimiento italiano. Justo en frente de la fachada se encuentra el Baptisterio o Battistero di San Giovanni con sus tres puertas doradas de bronce, Porta del Paradiso. Todo este conjunto arquitectónico es admirable se mire por donde se mire, aunque no se sea un experto en arte y arquitectura como nosotros.
Desviándonos hacia el norte paseamos un rato por el Mercado de San Lorenzo y sus calles anexas para realizar las últimas compras del viaje hasta llegar a la última parada: Basilica di Santa Maria Novella. Esta fue la primera gran basílica de Florencia y actualmente la principal iglesia Dominica que se comenzó a construir en 1246.
Nos había cundido muchísimo el día y nos quedaba un viaje pesadito de vuelta, pero teníamos que llegar hasta Piazzale Michelangelo para recuperar el coche. Al final decidimos ir pateando para disfrutar de nuevo y por última vez de las calles. De camino al coche, habiendo cruzado de nuevo el Ponte Vecchio, hicimos una parada en otro sitio recomendable: Amici di Ponte Vecchio da Stefano (Via dei Bardi, 49). Por un buen precio encontramos pizza, focaccia o covaccini que si lo juntamos con la famosa porchetta… se nos cae la baba solo de pensarlo.
Sin duda la Toscana es una de las regiones con más diversidad de Italia y da para muchas rutas distintas con un denominador común: arte, vino y campiña como el título del post indica. En cualquier caso, se escoja lo que se escoja siempre se quedará uno satisfecho y es que Italia jamás defrauda…
Anexo
A continuación ponemos a disposición una lista de localidades que bien merecen una visita pero que por falta de tiempo no hemos podido disfrutarlas. La mayoría en la zona sur de la Toscana de Siena hacia abajo.
Arezzo
Pienza
Montalcino
Montepulciano
Cortona
Pitigliano
San Quirico d’Orcia
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